domingo, 28 de octubre de 2012

Una traducción pirata...

¡Voto a bríos que a mí también me gusta Espronceda! Pero su "Canción del pirata" (1835) está escrita en español y, por tanto, no necesita traducción. Sin embargo, hace algún tiempo di con un poema inglés de idéntica temática y casi contemporáneo del de Espronceda, escrito por la poetisa Letitia Elizabeth Landon. Me dio por traducirlo o, mejor dicho, por hacerle una "adaptación rimada". Aquí lo tenéis.

Imagen: El capitán Marshall D. Teach, más conocido como "Barbanegra". Grabado de Benjamin Cole para el libro "A General History of the Robberies and Murders of the Most Notorious Pyrates" (1724), de Daniel Defoe.





LA CANCIÓN DEL PIRATA

Izad alto en el mástil nuestra bandera negra.
Negra como la tumba, las olas sobrevuela.
Despejad la cubierta, que los cañones se armen,
afilad bien las hachas, que luzcan los alfanjes,
los botes de metralla tened listos y dadme,
como última tarea, del polvorín la llave.
No será nunca arriada nuestra sombría enseña.
Barreremos el aire si la mar se nos niega.

De la anterior victoria nuestro botín aguarda
a que yo lo divida según vuestra prorrata.
Hay chales de la clase que una sultana porta,
y perlas delicadas como la piel que adornan.
Hay exóticos frascos, al destaparlos brotan
aromas de Diametta, el hogar de las rosas.
No reclamo mi parte, sólo pido la gracia
de brindar por el triunfo con un vino de raza.

Hay quien busca riquezas, y quien busca la fama.
Aquéllas son fugaces, lo otro vanas palabras.
Yo lucho por venganza, y mi sonrisa brilla
al segar con mi sable de un oficial la vida.
Con cada golpe evoco mi juventud perdida.
Son de sangre las lágrimas que mojan mis mejillas.
Como un rojo relámpago, me abatiré con saña
sobre la estirpe que odio, en mi amada batalla.


Y aquí está el poema original:


THE PIRATE’S SONG

To the mast nail our flag, it is dark as the grave,
Or the death which it bears while it sweeps o'er the wave.
Let our deck clear for action, our guns be prepared;
Be the boarding-axe sharpen’d, the cimetar bared;
Set the canisters ready, and then bring to me,
For the last of my duties, the powder-room key.
It shall never be lower’d, the black flag we bear;
If the sea be denied us, we sweep through the air.

Unshared have we left our last victory's prey;
It is mine to divide it, and yours to obey.
There are shawls that might suit a sultana's white neck,
And pearls that are fair as the arms they will deck;
There are flasks which, unseal them, the air will disclose
Diametta's fair summers, the home of the rose.
I claim not a portion: I ask but as mine,
'Tis to drink to our victory – one cup of red wine.

Some fight, 'tis for riches; some fight, 'tis for fame:
The first I despise, and the last is a name.
I fight, 'tis for vengeance. I love to see flow,
At the stroke of my sabre, the life of my foe.
I strike for the memory of long vanish’d years;
I only shed blood, where another sheds tears.
I come, as the lightning comes red from above,
O'er the race that I loathe, to the battle I love.

Letitia Elizabeth Landon (L.E.L.), 1838

sábado, 20 de octubre de 2012

Conoce a tu enemigo...

...como se suele decir. A estas alturas, yo creo que todos tenemos una ligera idea de cómo se ha generado la crisis que padecemos. Pero, por algunas frases que he escuchado últimamente (del tipo de "el dinero no desaparece" y cosas así), me he dado cuenta de la cantidad de gente que no conoce el mecanismo que intentaré explicar en el poema de hoy, y que está en la raíz misma de la crisis: la rueda gigantesca del apalancamiento, esto es, la creación desmedida de dinero ficticio por parte de la banca. En la medida de mis pocas posibilidades, mi objetivo aquí es solventar esa ignorancia y abrirle los ojos a alguno que otro. Señoras y señores, con ustedes "el sistema":

Imagen: Eduardo Alonso Álvarez



EL DINERO NO EXISTE

El dinero no existe, es un puro artificio.
Aunque cueste creerlo, casi todo es ficticio,
un ardid de los bancos en pos del beneficio.
Pero por culpa de ello… vamos al precipicio.

Si digo que es ficticio, no me malinterpretes.
Está claro que existen monedas y billetes
que los bancos centrales emiten con membretes,
pero son fruslerías, unos meros juguetes.

Más del noventa y cinco por ciento del dinero
que circula, a diario, por nuestro mundo es huero,
no existe realmente, es humo financiero
creado por los bancos en virtud de su fuero.

Porque los bancos juegan con el albur taimado
de que aquellos que tengan su dinero ingresado
sacarán de su cuenta, de media (y es probado)
un porcentaje enano de lo depositado.

El dinero efectivo que nunca es reintegrado
se emplea como base para el desaguisado,
pues su importe se presta… ¡pero multiplicado!
Por diez o veinte o treinta… lo que tengan pensado.

El truco tiene nombre: el “apalancamiento”.
Es generar dinero sin ningún fundamento,
dinero que tan sólo existe como asiento
en las cuentas del banco, por lo demás es cuento.

Y lo más divertido: aunque suene irreal,
tal dinero ficticio… ¡es de curso legal!
Se admite como pago de manera normal.
¿Tú nunca has hecho uso de dinero virtual?

Pues los bancos se esfuerzan con denuedo en lograr
que el uso del dinero real tienda a bajar,
y para ello se inventan maneras de pagar
en las que el efectivo no se tenga que usar.

Piensa en las transferencias, las domiciliaciones,
los pagos con tarjeta, todas las inversiones,
los adeudos en cuenta y otras operaciones
que los bancos fomentan… por muy buenas razones.

El dinero ficticio se mueve por millones
en órdenes de compra y de venta de acciones,
deuda pública, letras, bonos, obligaciones
y también derivados: futuros, swaps, opciones…

En proporción, de un préstamo vendría a ser “real”
tan sólo una pequeña parte del nominal.
Pero al hacer el cálculo de la deuda total,
el interés se aplica… ¡a todo el capital!

Es mejor para un banco prestarte cien que ochenta
pues cuanto más te presta, más interés le renta.
Y el dinero preciso… ¡el banco se lo inventa!
Lo crea en el momento que lo anota en tu cuenta.

Cuando el préstamo, luego, va siendo amortizado
según tú, poco a poco, les pagas lo adeudado
de acuerdo con las cuotas que te han estipulado…
¿Qué sucede en el banco con lo que te han cobrado?

Que con los intereses su beneficio crece,
el capital “real” se salda y prevalece,
y a lo que era ficticio ¿sabes qué le acontece?
Hablando claramente: ¡pues que desaparece!

¿Vas entendiendo ahora los préstamos inflados
para pagar los pisos de precios engordados?
Era una simple apuesta, era un juego de dados.
Por ir ellos por lana, salimos trasquilados.

Un préstamo se hace por una previsión
de riqueza futura, por una producción
que se espera que luego compense la inversión.
El apalancamiento se permite en razón

de que considerado de esta forma, sería
un cierto estimulante para la economía.
Pero cuando el sistema bancario se confía
y se emite dinero ficticio en demasía

eso sólo genera especulación pura,
una bola que crece y crece mientras dura
hasta que al final cae como fruta madura,
estalla la burbuja, y empieza la tortura.

Pero, naturalmente... ¡eso ya ha sucedido!
El dinero ficticio globalmente emitido
sobrepasó la lógica, la razón y el sentido.
Y el sistema completo terminó corrompido.

Gobiernos, parlamentos, toda la jerarquía
de organismos rectores (B.C.E. y compañía),
las agencias de rating, firmas de auditoría…
¿Por qué ninguno de ellos hizo lo que debía?

Nadie le puso freno ni trabas a la rueda.
Todos participaban de esa gran humareda,
y afirmaron ufanos que iba como la seda
hasta momentos antes del “¡sálvese quien pueda!”.

En España tuvimos la moda del ladrillo,
con todos los sectores adorando su brillo.
Para los bancos era un negocio sencillo:
el dinero ficticio se generó a porrillo

y con él financiaron tanto a los constructores
que hacían las viviendas, como a los compradores.
La situación atrajo a muchos inversores.
Y todos actüaron como especuladores.

Cegados por el lucro, se arriesgó demasiado
y ahora no hay manera de que quede saldado.
De resultas tenemos al país arruinado
por deudas generadas con dinero inventado.

Y así se desarrolla esta historia tan triste.
Aunque te hayas reído, esto no es ningún chiste.
Todo lo que nos cuentan, todo lo que creíste,
todo es una patraña. ¡¡El dinero no existe!!


Imagen: El blog salmón



domingo, 14 de octubre de 2012

Un autorretrato...

...o algo parecido, je, je. Vale, sí, admito que me ha quedado un poquillo autocomplaciente. Pero es que servidor ya no tiene abuela.

Imagen: Eduardo Alonso Álvarez



LO INVISIBLE

¿Para qué quiero el espejo
si cada vez que me veo
me noto un poco más feo
y también algo más viejo?
Prefiero hacer un bosquejo
con mi ser, dato por dato:
mi ternura, mi arrebato,
mi capacidad de juego,
mi amor, mi risa y mi fuego.
Ese sí que es mi retrato.

domingo, 7 de octubre de 2012

¿Curación...?

De las cosas más curiosas que he escrito. Una composición bastante extraña en su forma. Me ha costado decidirme a publicarla, pero ahí va. La historia es pura fantasía. Porque un simple paseo no es suficiente. Pero molaría que lo fuera.

Imagen: J.A.V.I.



PASEO NOCTURNO

Todas las estrellas de la noche no llenan el vacío que me embarga,
no hay bastante oxígeno en el aire para atenuar mi asfixia tras tu marcha,
ni en la playa arena suficiente para tapar las grietas de mi alma.

Es cierto. Y, sin embargo…
me está gustando este paseo por la orilla.
Tal vez sea el sonido del mar rompiendo
en mis oídos cansados
o tal vez la suave calidez de la brisa
pero me siento totalmente sereno.

Camino despacio por la arena mojada, y no veo el mar como un torrente de lágrimas.
Es un principio.
Veo a a dos niños jugando (¡a estas horas!) y no me irrita la alegría de sus caras.
Es un alivio.
Un hombre pasa corriendo con un perro. De ti y de mí no sabe absolutamente nada.
¡Y no le envidio!

El dolor sigue ahí. Aún lo percibo.
Es la angustia febril la que se ha ido.

Oigo a la ciudad llamarme, como antes solía hacer.
Iré a perderme en los antros, iré a bailar y a beber,
y antes que acabe la noche, me acordaré de volver.
Llevo demasiado tiempo sin ver un amanecer.